jueves, 21 de enero de 2010

Sin un propósito

Nos despertaron muy temprano a todos, aun no amanecía cuando el cuerno sonó, tres días antes había llegado un mensaje enemigo con un mensaje de su rey:

-Os aconsejo que os rindáis -leyó el mensajero- Vuestras fuerzas nada podrán hacer en contra de nuestro ejército, seréis diezmados en pocas horas, si queréis vivir, rendíos y uniros a mi ejército.

El líder de nuestro pequeño pueblo, luego de reírse, le corto la cabeza al mensajero, y la envió devuelta con el caballo, suponemos que el rey enemigo, entendió el mensaje.
Había llegado el día, según el mensajero, hoy deberían atacarnos desde el frente, todo está listo, el aire está muy frio, pues sigue nevando, sin embargo se ven los buitres dar vueltas por el lugar, ellos saben, que estamos preparando su comida, quizás si Odín no está de mi parte, yo sea alimento de esos pájaros carroñeros.

Erik… ¡¡¡Erik!!! –Alguien me llamaba- ¡Erik!... al fin te encuentro, los he visto, son demasiados, nos superan en número de una manera que no esperábamos por cada uno de nosotros, hay cuatro de ellos
Tranquilo Grim – Realmente fue lo más estúpido que podría haber dicho – Recuerda, mientras peleemos con honor y valentía, las valkirias llevaran nuestras almas al Valhalla para que aguardemos el Ragnarök

Grim era mi mejor amigo, nos conocíamos desde que éramos pequeños, cuando teníamos once años, nos hicimos la promesa de que moriríamos juntos, quizás si la cumplamos nuestra palabra, claro a estas alturas, una promesa hecha hace más de diez años no tiene mucha importancia.
De pronto, se oyó un cuerno, era el cuerno de los enemigos, el sol ya había salido y se lograba ver, Grim tenía razón, eran muchos, más de lo que teníamos estimados.

¡Erik! –Dijo alguien- necesito que guíes a la infantería estarás con ellos, y morirás con ellos si es necesario
Si mi lord – ¿qué otra opción tenia? – De todas formas, todos vamos a morir
¡Jajaja! – Nuestro rey, estaba más contento que de costumbre – En ese caso, nos vemos en el Valhalla valiente soldado, que los dioses nos guíen a una gloriosa victoria, o a una honorable muerte, ¡¡¡Por Odín!!!
¡¡¡Por Odín!!! – Dijo un coro de voces de soldados, cuyas edades, a veces no superaban los catorce años – Hoy, ¡¡¡cenaremos en el Valhalla, o Dormiremos en el Niflheim!!!

Dicho esto la batalla comenzó ambos bandos chocaron y se empezaron a oír, gritos de dolor, chocar de espadas, y el ruido de una flecha surcando el aire. No fue hasta pasado un buen rato de estar peleando por mi vida, cuando algo cambio en mi, todo se nubló, empecé a gruñir y caí al piso, me habrían asesinado de no ser por Grim, quien me cubrió mientras gritaba una y otra vez que demonios me sucedía.
Por fin logre ponerme en pie, arroje mi escudo y mi hacha, me saque las botas, y salte sobre un soldado enemigo, ya no sentía temor, ya no sentía frio, solo sabía que, debía proteger a mi aldea, y por sobre todo, debía protegerla a “ella”. Los soldados enemigos me miraban con terror cuando saltaba sobre ellos y empezaba a despedazar sus cuerpos, uno a uno, iban cayendo, y ninguno me hacía daño, no podían, mi agilidad había aumentado al punto de que podía esquivar flechas.

¡¡¡Están huyendo!!! –Gritó un soldado – ¡¡¡Hemos ganado!!!

Pero yo sabía que no era así, no habríamos ganado, hasta que aquel que lleva una corona en su cabeza estuviera muerto. Salí a buscarlo, no importaba cuando corriese lo alcanzaría igual, su caballo ya no era tan veloz como yo.
Finalmente, lo atrape. Varios de sus guardias intentaron matarme, ellos ahora están en el Niflheim. Regrese luego de dar muerte al rey enemigo, con su cabeza en mis brazos, la cual corte con su misma espada.
De pronto todo cambió, ya no me cegaba esa sed de sangre, solo… solo quería verla a “ella”.

¡¡¡Tenemos un licántropo en la aldea!!! – Fue lo que dijo nuestro rey - ¡Ven aquí Erik! Ahora, ya nada nos podrá hacer daño, contigo aquí nadie se atreverá a desafiarnos. Dime que deseas Erik, lo que sea te será concedido.

Luego de pensarlo por un rato finalmente dije:
Solo quiero, que me sigan tratando igual que antes, no quiero ser molestado, no quiero riquezas ni un titulo de nobleza, solo quiero paz –Fue lo que dije, pues mi otro deseo no fui capaz de pronunciarlo-
Entonces, así será – Dijo el rey – A partir de hoy, nadie molestara a Erik y nadie, le dará un trato especial.

Pasaron muchos años desde ese incidente, el amor de mi vida, ahora estaba a punto de desposar con mi mejor amigo, si quería decirle algo, tenía que ser ahora. Fui hasta su casa, y le pedí que me acompañara a dar una vuelta para conversar, ella accedió.

-Valdis… hay algo que… - Empecé a tartamudear- hay algo que quiero decirte
-¿De qué se trata Erik? –Dijo ella- Me estas poniendo nerviosa
-Valdis, yo te amo- Dije al fin - no me imagino cómo será mi vida, si te casas con Grim, se que él es mi mejor amigo, pero no puedo no escuchar a mi corazón.

Su cara, cambio totalmente, parecía enojada, pero a la vez triste, o podría ser que estaba a punto de llorar… también podría estar anonadada, finalmente luego de un rato, abrió la boca para decir algo.

-Erik, realmente lo siento… -Empezó a decir- Pero yo amo a Grim, y por ti solo siento cariño… realmente lo siento...

Dicho eso, salió corriendo, y quede solo…empezó a llover, no encuentro palabras para describir lo que sentía, la razón de vivir, se me ha ido, soy como un cazador, sin presa, como un pescados que no tiene mar… solo quiero, morir.

-¡Hey Erik! – Dijo Grim - ¿A dónde vas amigo mío?

-Me voy Grim, dejare la aldea, debo... buscar mi destino –Dije- lamento no poder quedarme hasta mañana, de verdad me ubiera gustado estar en tu boda, pero no puedo, ruego que me perdones

Dicho eso, emprendí el viaje, lo último que oí decir a Grim fue “está bien hermano, ve, y se feliz”, le deseo lo mismo, aunque eso implique casarse con la mujer por la cual daría mi vida…
Pasé muchos años fuera de mi aldea, el sufrimiento no disminuía y cada vez sentía más ganas de estar muerto. Cierto día entre en una posada, en la cual me aloje, para la cena me dieron una comida cuyo nombre no sabía, además de que sabia horrible, y por una equivocación, me hice un pequeño corte en el dedo, el cual sangro… Hace muchos años, que no veía una gota de mi sangre, por lo cual me dirija a conversar con el dueño de la posada.

-¿De qué material es este cuchillo? – Pregunté – Realmente me interesa saber.
-Eso es plata joven, un material muy bueno –dijo él con una sonrisa- si te interesa, yo trabajo con plata.
-Me interesaría comprar una pica de plata – dije - al fin he encontrado lo que buscaba
-Bien, pues tardare dos días en hacerla – dijo el dueño – Hasta entonces puedes quedarte aquí.
Dos días más tarde, tal como lo prometió, mi pica estaba hecha, ya tenía previsto el uso para esa gran pica de plata, sin embargo, no podría hacerlo solo, necesito verla a “ella” una última vez, por lo que emprendí mi viaje de regreso a mi pueblo.
-¿Erik?, ¿eres tú? – Dijo un joven – ¡¡¡Sí!!! De verdad eres tú, te recuerdo, tú… salvaste a mi padre de un oso, cuando yo tenía cinco años
-Sí, está bien soy yo, pero no le digas a nadie, ¿ok? –Le dije- a propósito, ¿sabes donde viven Grim y su esposa?
-Lord Grim… murió la primavera pasada –empezó a decirme el chico- la señorita Valdis, ahora está casada con Lord Thoril, viven en la colina norte.
-Muchas gracias- dije- recuerda, no le digas a nadie que me has visto.

Procedí a buscar la casa en la cual me habían dicho que vivía Valdis, cuando llegue a la choza, la vi, sentada a las afueras, cuidando de un pequeño niño

-Hola Valdis – dije – han pasado muchos años
-¡¡¡Erik!!! – exclamo al verme – pero ¿cómo?, creía que estabas muerto
-Exactamente a eso he venido –dije- necesito… que me hagas un favor Valdis
-¿De qué trata? –Dijo ella- vamos solo dilo…
-Quiero que me mates Valdis – dije – Durante estos últimos años he buscado mi razón de vivir, y no la he encontrado, sin ti, no tengo razón para vivir Valdis.
-Pero… Erik –dijo ella- yo no podría
-Por favor, ¡hazlo! –dije- libérame de mi agonía, por la memoria de tu esposo, el cual ya está muerto, yo hice una promesa, le prometí que moriría con él, déjame cumplir en parte mi promesa, sé que no moriré el mismo año que él, pero no quiero seguir aumentando la diferencia.
-Te entiendo Erik pero – dijo – no puedo…
-Te lo imploro Valdis – dije mientras me arrodillaba- mi vida, no tiene sentido, necesito que me…
-No Erik – me interrumpió- no lo haré…

Le pase la pica que había forjado el Dueño de la posada, pues tenía un plan.
Agarre al niño pequeño que Valdis estaba cuidando, ella comprendió lo que pasaría si no aceptaba mi petición.

-Erik, no es gracioso -Dijo ella con un evidente tono de preocupación- No le harías daño
-Sabes que si lo hare Valdis -Hablaba enserio- Mátame o lo mato
-Erik suéltalo -Ella ya estaba exaltada- ¡¡¡Suéltalo!!!

Acerque mis dientes al cuello del pequeño niño, el cual empezó a llorar, Valdis también lloraba. De pronto, todo cambio, sentí algo perforar mi pecho y atravesar mi corazón, sentí como se quemaba, mientras valdis decía "Lo siento" y seguía llorando, de pronto, mi corazón quemado, dejo de latir.